TERREGAL

Terregal es un unipersonal de 23 minutos que parte de una carta dirigida a la madre. En ella, el cuerpo se convierte en territorio de memoria y resistencia, atravesando con crudeza y poesía el silencio heredado del acoso sexual infantil.

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La obra es un dispositivo escénico donde movimiento, voz, diseño sonoro y vestuario —todos de autoría propia— dialogan para construir una experiencia íntima y punzante. A través de una tormenta de arena como metáfora, Terregal habla de lo que se oculta, lo que permanece en suspensión, lo que arrasa y lo que, pese a todo, insiste en reconstruirse.

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Sin ilustrar el trauma, la pieza transita por sus resonancias: la ambigüedad del amor romántico, la traición, la culpa, y la búsqueda de una identidad propia en medio del desarraigo. Terrenal es un acto de exposición y reescritura, donde el cuerpo no representa: encarna. Una obra arraigada en la fisicalidad, la palabra y el gesto como formas de verdad.